Mejillones en Salsa
- manjardelduero
- 8 abr 2021
- 2 Min. de lectura
¿A quién no le gusta untar una rica salsa? Barquillos y barquillos de pan... pues ésta es vuestra receta.
Ingredientes (4 personas):
2 kg de Mejillones
Aceite de Oliva virgen extra
1 Cebolla
Sal
Azúcar
480 g Tomate entero Pelado
200 g Mejillones grandes
1/2 Vaso vino blanco
2 Guindillas cayena de tamaño medio
Elaboración
Se limpian los mejillones, los ponemos en una cazuela con un poco de agua a fuego medio. Cuando se hayan abierto los mejillones separamos del fuego.
Uno a uno, nos vamos quedando con una cáscara del mejillón con su correspondiente mejillón que colocamos sobre una bandeja amplia o sobre varios platos según cómo queramos. La otra cáscara vacía que nos sobra la tiramos.
Una vez preparados todos los mejillones, colamos el agua que nos quedó en la cazuela y reservamos.
Para realizar la salsa, cubrimos de aceite el fondo de una cazuela o sartén amplia (haremos bastante salsa, por lo que debe de ser grande). A continuación echaremos la cebolla bien picadita para que se nos poche antes con un poco de sal. Las dejaremos hacer a fuego medio hasta que estén bien pochadas, casi transparentes.
Cuando la cebolla esté lista, echaremos el bote de tomates pelados (o tomates naturales que previamente habremos pelado) con un poquito de azúcar para quitar la acidez al tomate. Con una cuchara de palo vamos aplastando los tomates y removiéndolo todo.
Añadimos las 2 guindillas cayenas desmenuzadas si os gusta que pique un poco, o enteras si preferís que pique menos, y lo removemos todo para que se mezclen bien los sabores de las guindillas.
Cuando prácticamente esté hecho el tomate, añadiremos el medio vaso de vino blanco, removemos y esperamos a que se evapore el alcohol.
Una vez evaporado y dependiendo de lo espeso que veáis que esté quedando, echamos más o menos agua de los mejillones que colamos anteriormente. Si nos quedamos cortos, al final siempre se puede corregir echando un poco más.
Una vez que ha hervido todo, batimos la salsa. Es cuando debemos mirar si nos ha quedado muy líquido o muy espeso o en su punto. Si nos ha quedado muy líquido, lo podemos corregir con un poco de pan rallado. Si nos ha quedado muy espeso añadiremos más agua de los mejillones.
Una vez esté la salsa a nuestro gusto la echaremos por encima de los mejillones que tenemos emplatados, y ¡a la mesa!

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